viernes, 9 de julio de 2010

Mi vecina en bragas I

Tengo una vecina que casi todas las tardes de verano, justo cuando el sol está a medio hundirse en el horizonte, sale al balcón a fumarse un cigarrillo. Algunas veces lleva una bebida en la mano, puede que coca-cola, cuando está más animada, un tinto de verano con mucho hielo y rodajitas de limón cortadas muy finas.

Siempre va en bragas y en alguna camiseta larga y desteñida. Ocasionalmente, la he visto con alguna de sus bonitas camisas del trabajo, como si no le hubiese dado tiempo a cambiarse y se apresurara a quitarse la falda o el pantalón y saliese un poco apurada a cumplir con su ritual vespertino.

Tiene muchas bragas, pasan bastantes tardes para ver alguna repetición. Al contrario que en las historias porno, creo que sólo una vez la he visto con un tanga negro y de encaje. Normalmente le gusta más el algodón y es muy atrevida con los colores: rojo encendido, pintitas de tigre rosa, lunares amarillos.

su conducta puede parecer descarada pero yo me he fijado y desde la calle sería muy difícil verla, como no fuese usando prismáticos o algún aditamento similar, supongo que ella ha hecho los mismos cálculos. Las acacias y los plátanos que nos agracian con su sombra, le hacen una pudorosa pantalla frente a ojos invasores. En cambio, cualquier vecino denuestra planta podría sorprenderla. A ella parece no preocuparle eso.



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