jueves, 14 de octubre de 2010

Feliz Cumpleaños Ironback


La mitología popular y urbana se ha empeñado en pintarnos un retrato en sombras de este personaje. También ha ayudado que él, en su modestia o timidez particular no haya querido dar publicidad a sus hazañas.

La presidenta de su club de fans afirma haber conseguido un autógrafo suyo en la barra de un oscuro bar del centro madrileño, un nido de ratas, donde probablemente esperaba de incógnito a algún villano para darle su merecido pero, las fans, es sabido de siempre, no son los testigos más fiables. Una señora dice haberle visto en la farmacia de La Gaviota esperando su prescripción y comprando caramelos de menta. Un teleoperador insistente refiere haber mantenido largas conversaciones con él, hasta olvidar qué diablos estaba intentando venderle.

Podría seguir dando cuenta de estos supuestos encuentros pero me detengo aquí porque recuerdo la misión principal de estas líneas. Hoy es 14 de octubre, hace no demasiados años vino al mundo esa dulce criatura que con los años se convertiría en leyenda. Todos los que le queremos y en algún momento hemos sido salvados por él, deseamos que le den muchos besos, que le gusten sus regalos, que su gata sea buena y que su mujer siga tan locamente enamorada de él como hasta el día de hoy.

Ilustración: Fragmento autorretrato Ironback.

viernes, 1 de octubre de 2010

Libros y lectores

¿Larra? ¿Alguien lee a Larra aún?

Pues sí, este joven pasajero de la línea 1 sentado frente a mí, estaba sumergido en un muy manoseado ejemplar de las Obras Completas de Don Mariano José, que por mucho que intenté fisgar no pude distinguir si era un único tomo o parte de una serie. Tenía unas manos largas y bien cuidadas, que parecían producto más de su propia meticulosidad que de los artificios de una manicura. En las manos terminaba cualquier rasgo de coquetería, su cara de caballo un poco triste desentonaba en esa mañana exultante de viernes, sus horribles pantalones de viejo, a juego con un jersey azul chillón le daban un aura decimonónica, como de el personaje estudiante pobre de provincias afincado en una repelente pensión de Madrid, lo peor es que iba impecablemente bien planchado y limpio, algo de descuido podría darle un aire retro pero no, no era retro, era simplemente antiguo. ¿Orgullosamente antiguo?

Unas bonitas estudiantes hacían un corro muy animado en el pasillo pero nada, él sólo tenía ojos para las heroínas románticas de Larra.