He leído tantas reseñas y artículos sobre Stoner que me resulta difícil
creer que se me pueda ocurrir algo nuevo que decir pero me siento obligada a
hacerlo por varios motivos:
1. Para socializar y/o tratar de entender la tristeza vigorizante que me ha
dejado su lectura (una sensación seriamente contradictoria).
2. Por intentar compartir esa rara alegría de haber compartido unos días la
vida de un hombre inmenso y desconocido. O sea, lo contrario y complementario
del punto 1: para compartir la felicidad de una lectura afortunada.
3. Por si logro cazar al menos un lector que esté dispuesto a la intimidad
con un alma encallecida y bella, alguien que se arriesgue a una lectura que se
queda contigo, un libro que una vez terminado no se archiva en los asuntos
finiquitados sino que se vuelve a abrir para buscar en sus páginas
(probablemente al azar) el significado de una caída, el bálsamo a una decepción.
¿Cómo puede ser portador de la sabiduría un personaje que se equivocó en casi
todas las decisiones fundamentales de su vida? Seguro que a estas alturas
todavía hay mucha gente a la que no le suena este libro, pues que se animen y
se lancen a sus aguas engañosamente mansas. (La recomendación suele ir al
final, lo sé...)
Hablo de un libro que se publicó en 1965 y en Estados Unidos, país de
origen de su autor, John Williams, nunca ha conocido el éxito de masas. Hubiese
sido extraño que una narración que plantea tantas preguntas sobre el tema del
fracaso fuera directa a encabezar una lista de best-sellers. Según cuenta la
reseña (resumen de una nota radiofónica) de npr books, la novela en el
momento de su publicación apenas fue reseñada brevemente por The Newyorker y no
pasó de los dos mil ejemplares vendidos antes de ser descatalogada. Luego cayó
en el olvido.
Portada de la edición holandesa
En 2006, con ese ojo para la belleza y la potencia literaria que se echa
tanto de menos en el mundo editorial actual, New York Review of Books
Classics republicó Stoner. En palabras de su director, Edwin
Frank "It sort of pays tribute to a man whose life is, in one
sense, utterly ordinary, but, in another sense, rich as anyone's life can
be"; traduzco libremente: "De alguna manera rinde tributo a un
hombre cuya vida es, un sentido, completamente ordinaria pero, en otro sentido,
tan rica como la vida de un hombre puede llegar a serlo". Esta reedición,
de nuevo tuvo ventas modestas pero reseñas algo más halagüeñas que la original
y consiguió la carambola del azar que ha convertido este título en un éxito en
Europa: Anna Gavalda, una exitosa y multivendedora escritora francesa lo leyó y
se enamoró de él, lo tradujo ella misma e hizo que su editorial lo publicara.
Francia lo ha adorado, en Holanda lo ha petado, en España... bueno, ha sido un
éxito minoritario pero esto aún puede cambiar. Según los últimos datos que he
podido encontrar, aquí se han vendido 20.000 ejemplares, nada del otro mundo
pero diez veces más que su primera edición. Ojalá el lento proceso de
recomendación, reseña y regalo siga su proceso natural y dé una larga
vida.
Portada de una edición estadounidense
Sobre la redescubridora de Stoner: recuerdo haber leído algo de
Gavalda (me parece que Quisiera que alguien me esperara en algún lugar)
y la superficial memoria que conservo es de una prosa correcta, resultona y que
a mí me aburrió. Sin embargo, me quito el sombrero ante su buen gusto y su iniciativa de
rescatar una joya literaria. Si todos los autores de calidad mediana y grandes
ventas, pagaran su popularidad con la vuelta a la luz de una obra de valía,
purgarían en parte sus pecados literarios y ayudarían a que su público cautivo
se atreviese a probar cosas mejores, en fin, a educar el gusto de la
gente.
En España lo ha publicado la interesante editorial tinerfeña Baile del Sol.
Como decía antes, las cifras no han sido espectaculares como en otros
países de Europa pero ya van por la cuarta edición y más que un boom, sería
bonito verlo convertirse un en clásico contemporáneo, fondo de armario de las
librerías. He leído en alguna entrevista cómo su editor, Tito Expósito, cuenta
haber oído a Gavalda hacer elogio de la novela y a partir de ahí haber tenido
el oportuno atrevimiento de hacerse con los derechos en el momento perfecto
-antes del boom francés- y publicar la primera edición en
2010, es decir, la primera de Europa.
Podría seguir contando más detalles de esa emocionante historia de intriga
editorial que es el revival de este libro pero se impone
ya hablar del relato que hay detrás de todo este barullo, que es lo importante.
Para quienes teman los spoilers, advierto que vienen unos cuantos que lo son
sólo a medias pues el autor en las primeras páginas hace un resumen descarnado
(que luego se demostrará unidimensional e insuficiente) de la trayectoria vital
de su personaje, como para que renunciemos a hacernos ilusiones desde el comienzo.
Pero nos las hacemos, por fortuna.
La historia aquí es la vida de William Stoner. Un hombre corriente en
apariencia pero extraordinario en esencia. Es claramente una novela de
personaje. La estructura es simple en apariencia: infancia, estudios,
matrimonio, trabajo, amor, sufrimiento, muerte. Sabemos desde un comienzo que
lo que define a Stoner es en gran medida, su trabajo como profesor pero su
infancia no hacía prever que terminara recalando es la universidad. Una árida
niñez campesina de trabajo y responsabilidades, no miserable pero lejos,
lejísimos de la alegría inconsciente que tendemos a asociar con los niños. Hay
una escena de tanta vividez y plasticidad que fue como si la luz y los rostros
de "Los comedores de patatas" surgieran de las páginas del
libro: "Era una casa solitaria ligada a un inevitable trabajo duro
en la que él era el hijo único. Por las noches los tres se sentaban en la
pequeña cocina iluminados por una única lámpara de queroseno, a mirar la llama
amarilla: a menudo durante la hora aproximada entre la cena y el momento de
acostarse, el único sonido que se oía era el cansado movimiento de un cuerpo
sobre una silla rígida y el suave crujir de la madera, cediendo un poco por la
edad de la casa.".
El primer milagro en la vida de William, es que su padre, un alma rústica, gastada por el trabajo duro y sin reposo, decidiera darle a su hijo la
oportunidad de unan educación universitaria, con el inmenso sacrificio que
suponía para la familia perder a su mano de obra más joven y vigorosa. Stoner
se deslomaría trabajando en la granja de los parientes que lo alojaban para
pagar su manutención y llevaría siempre el mismo raído traje de aire fúnebre
pero aún así, había pasado del campo a la academia, en lo que le tardó recorrer
el camino de su granja a Columbia. Es muy significativo que Williams abra la
historia contándonos el año en que Stoner entró en la universidad, más que el
de su propio nacimiento porque en verdad este segundo nacimiento del espíritu
fue mucho más relevante: "William Stoner entró como estudiante a
la Universidad de Misuri en el año 1910, a la edad de diecinueve años. Ocho
años más tarde, en pleno auge la Primera Guerra Mundial, recibió el título de
Doctorado en Filosofía y aceptó una plaza de profesor en la misma universidad,
donde enseñó hasta su muerte en 1956.".
La idea era que este joven campesino que entraba en la universidad se
convirtiera en agrónomo y que aplicara sus conocimientos para obtener un mejor
rendimiento de la vieja granja de sus padres. Habría sido un ciclo perfecto, de
la tierra a la tierra. Y sin embargo, algo se atravesó, un amor inesperado. En
el segundo año de estudios hubo de cursar una asignatura obligatoria de
literatura inglesa, que se le daba mucho peor que los estudios de química de
los suelos. Aparece aquí el personaje el profesor Archer Sloane, quien hace que
nuestro protagonista reconozca su vocación. Slone es un ser pétreo, construido
con una técnica minimalista e impecable. Sus intervenciones son justas en el
tiempo y sus rasgos aparecen esbozados en trazos muy definidos, breves en la
descripción pero que nos dan la medida de su carácter en sus acciones. Es el
factor extraño que cambia la ecuación de la vida de Stoner y que la desvía de
un destino que tal vez le habría dado más satisfacciones, cuando le pregunta en
medio de un clase, casi con cólera por el sentido del Soneto 73 de Shakespeare
y quedan flotando estos versos de forma casi religiosa en el aula:
"Esto percibes, lo que hace tu amor más
fuerte,
amar bien aquello que debes abandonar pronto."
La belleza del soneto recayó sobre Stoner como la iluminación mística sobre
un santo que descubre la trascendencia por vez primera. Una fe, un amor tan
poderoso que nos tememos que arrastre algún martirio. No es una renuncia fácil
para este hombre decidirse por la carrera académica y frustrar los sueños que
para sus padres aparejaba su vuelta a casa. Presenciamos la progresiva
transformación de su espíritu hasta lo que sería su esencia definitiva: un
profesor, un hombre de letras.
A diferencia de la trayectoria de los santos, la vida de Stoner no avanzó
triunfal hasta el martirio y la iluminación divina, digamos que tuvo un poco de
ambos. Cuando descubrió que su hogar iba ser más la universidad que la casa que
compartía con su mujer, fue un hallazgo triste pero por lo menos allí disponía
de la medicina que le haría tolerable los peores momentos y que realzaría aún
más el brillo de los bellos.
En el amor, fue un tipo peculiar: en contra de su tímida austeridad,
cortejó a una señorita de buena familia quien sorprendentemente, lo aceptó. Se
casó con una profunda ignorancia de la mujer a la que se unía. El gran error de
Stoner fue su matrimonio y nunca supo recuperarse, hacer algo. Creía con una
rectitud moral desesperante para el lector, que él se lo había buscado, había
apostado por su mujer con un empeño y un atrevimiento que no había puesto antes
en nada y por eso debía pagar su precio en sangre. En algunos comentarios,
especialmente en páginas norteamericanas, se señala que el personaje de Edith,
la esposa es carece de dimensión y es la caricatura del ama de casa neurótica,
vacua y amargada: una bruja. No estoy de acuerdo, creo que hay un enigma detrás
de su vacío emocional, de su estéril maldad, nunca llegamos a saber cuál es pero
hay una escena, de vuelta a su habitación familiar, en la que destruye con
método la mayor parte de sus posesiones infantiles que nos convence de que una
tragedia nunca expresada habita detrás de su conducta atroz. También es verdad
que cuando una foto enfoca los rasgos de un modelo, es frecuente que el fondo
se difume y pierde sus contornos, tal vez eso es lo que pasa con Edith.
Tras muchos años de matrimonio infeliz, descubre el amor con otra mujer y
la experiencia nos revela a un personaje oculto dentro de la cáscara de ese
hombre que sólo había hecho dos cosas a plenitud: ser profesor y padre. Su
carrera académica estuvo llena de dificultades y frustraciones, sobre todo a partir de su
negativa a transigir con un alumno farsante pero bien relacionado (atención al
estupendo villano Hollis Lomax). Su relación con su hija fue la de la maravilla
frente a la creación y el cuidado de una nueva vida, fue un padre estupendo que
llenó el vacío afectivo de la madre hasta que ésta, alarmada por la intensidad
del lazo entre padre e hija, decidió apartarlos, dejándolos a los dos pero
sobretodo a la niña Grace, aterrados y desprotegidos. William Stoner, tenías
que haber peleado más por tu hija. Sí, esta lectora confiesa la poca
sofisticación intelectual de haber llegado al punto de enfadarse con el
personaje y darles consejos.
El Stoner de mediana edad, enamorado y correspondido a plenitud se nos
revela como un ser con una inmensa capacidad para la felicidad. Ahí entendemos
que lo que lo ha llevado a aceptar con tanta resignación los golpes bajos de la
vida no es una cortedad de espíritu sino una mezcla entre un exasperante
sentido del deber y ese estoicismo de campesino hecho al trabajo
ingrato que nunca se plantea abandonar su tierra aunque la tormenta y el
fuego la hayan arrasado y se deja la vida en el intento de sacar frutos de un
terreno yermo.
Tal vez toda la dureza del libro es asumible porque dentro de esta roca
está escondido el diamante de una verdadera historia de amor. Incluso la imagen
de la mujer amada va creciendo dentro de nosotros, se va transformando como el
color de sus ojos que con la luz adecuada son violetas y no grises, como si
afilada inteligencia que no sólo brilla en la academia sino en la íntima luz de
un dormitorio; no contemplamos el proceso del enamoramiento, tenemos el
privilegio de sentirlo. Mejor que lo diga Williams: "En su año
cuarenta y tres de vida William Stoner aprendió lo que otros, mucho más
jóvenes, habían aprendido antes que él: que la persona que uno ama al principio
no es la persona que uno ama al final, y que el amor no es un fin sino un
proceso a través del cual una persona intenta conocer a otra".
Se supone que uno de los temas principales es el fracaso e incluso está
formulado de forma casi literal al comienzo y al final del libro pero creo que este tema
encierra otro mucho más complejo: el de la renuncia. Al final de su vida Stoner
piensa en las cosas que no se ha permitido o ha perdido por el camino: no
se permitió la heroicidad de ir a la guerra; la distancia entre él y su hija
resultó letal para los dos; fallecieron sus padres sin que pudiese darles la
satisfacción de una vuelta a casa; fue un gran profesor pero nunca brilló en la
jerarquía académica; tuvo amor y lo dejó marchar. Y sin embargo, no puedo ver a
Stoner como un fracasado. En su estupendo artículo en The
Guardian sobre Stoner, Julian Barnes cita una de las escasas entrevistas
del autor sobre este aspecto del personaje: "A lot of people who
have read the novel think that Stoner had such a sad and bad life. I think he had a very good life. He had a better life
than most people do, certainly. He was doing what he wanted to do, he had some
feeling for what he was doing, he had some sense of the importance of the job
he was doing (…). His job gave him a particular kind of identity and made him
what he was.". Traduzco y pido perdón anticipado por si me dejo algún
matiz: "Mucha gente que ha leído la novela piensa que Stoner tuvo
una vida triste y mala. Yo pienso que tuvo una muy buena vida. Tuvo ciertamente
una vida mejor que la que la mayoría de la gente tiene. Él hizo lo que quiso
hacer, el sentía algo por lo que hacía, tenía un sentido de la importancia del
trabajo que estaba haciendo (...). Su trabajo le dio una identidad particular e
hizo de él lo que fue".
John Williams
Como dice Tim Kreider en su artículo del Newyorker, ni
el libro ni el personaje están aquí para ganar un concurso de popularidad pero
resisten porque su luz proviene de dentro. Lejos de ser un triunfador, Stoner
con su ética de la renuncia y del rigor autoimpuesto nos recuerda que un hombre
no puede haber fracasado del todo si ha sido amado y si se ha dejado la vida en
una vocación en la que creía de corazón.
No dejen que les importe si sigue de moda o si ya han pasado sus quince
minutos. Léanlo y verán.
Nota sobre la edición: Es más que correcta y respetuosa. La traducción de
Antonio Díez Fernández se lee con soltura y salvo algún giro raro, cumple con
su misión de hacer llegar a los lectores de habla hispana este inmenso retrato
de un héroe en la sombra. He leído comentarios sobre la fealdad sin ambages de
la portada de la primera edición y estoy de acuerdo, en la cuarta, que es la
mía, ha mejorado pero es algo sosa. De cualquier manera, espero que tengan la
ocasión de hacer muchas reediciones y alguna otra portada.
Más información (actualizado): Me he dejado tantas buenas reseñas por el camino que refresco este apartado.
- Reseña de Ana Blasfuemia en su blog Lo que leo lo cuento. Su personal y enamorada defensa del libro fue lo que me convenció de leerlo.
- Siempre tiene que haber una sana voz divergente: en este caso Javier Avilés El lamento de Portnoy. Una crítica bien argumentada.
- Reseña en Entre montones de libros
- Stoner como la pesadilla de una librera. Gran sentido del humor en Caniculadas
- Reseña de Arrecogiendo Bellotas en el blog Atisbos
- Reseña en el blog Malastestas
- Reseña en La medicina de
Tongoy. Demostración de que la
mala leche y el buen gusto son felizmente compatibles.
- Reseña en Un libro al día
- Artículo "A ‘Perfect’ American Novel Strikes
Gold Overseas" en Publishers Weekly
- Artículo de Miqui Otero
en Icon ese engendro de magazín
para caballeros de El País
- Artículo de Vila-Matas de 2011 en El País (archivo de edición en papel)
Qué bien. Parece que no se puede decir nada nuevo de Stoner pero tú has sabido hacerlo. He disfrutado leyéndote, como he disfrutado de Stoner, al que llegué con miedo porque había visto tan buenos comentarios, pero sorprende, llega, toca, te envuelve.
ResponderEliminarSobre la traducción, yo ya no sé que edición leí, pero me doy por contenta. Sobre la portada, claro que ninguna refleja a nuestro Stoner. La razón por la que en España este libro está tan escondido, prefiero no intentar entenderlo. He visto que en Suecia está el nº 8 de los diez libros más vendidos, una sorpresa, teniendo en cuenta que Jo Nesbo arrasa por ahí...
Besos
Querida Ana:
EliminarHe cometido el pecado de la ingratitud, mea culpa. Fue tu reseña la que me convenció de leerlo. Gracias, amiga. Me tomo la libertad de editar y citarte. Estoy segura de que este libro será de los que me acompañe siempre.
Abrazos,
Sonia
Sonia, no hacía falta! De ingratitud nada: me siento superagradecida sabiendo que lo has disfrutado, que es una lectura que te acompañará y Stoner un personaje que caminará a tu lado. La gratitud es esa: que el libro y tú os cojáis de la mano ;)
EliminarAbrazo!
Qué reseña más completa. Si te digo la verdad es uno de los mejores libros que me leí el año pasado y luego salí corriendo a por Butcher's Crossing, es lo que hay.
ResponderEliminarEn mi caso fue Tom Hanks quien logró convencerme... quién me lo iba a decir.
Me alegra que lo disfrutaras tanto como yo. Siempre he pensado que el reflejo de una vida cualquiera nos invitaba a vernos aunque fuera en las sombras de Stoner, y que por eso mismo nos caía a todos tan bien. Aunque nuestras vidas no tengan nada en común
Besos
Gracias por tu comentario. Mira que después de leer el elogio de Tom Hanks tengo mucho mejor concepto de él, me imagino que un actor no puede leer este libro sin pensar en el reto que sería interpretar a un personaje como Stoner. Me ha sorprendido la diferencia en la apreciación de los críticos y lectores estadounidenses con respecto a los europeos. Has dicho algo que da en el clavo: Stoner nos cae bien, yo creo que hasta lo quiero.
EliminarUn abrazo,
Sonia
Seguro que no es la primera vez que un buen libro pasa desapercibido, habrá muchos. Este en concreto, lo descubrí a través de reseñas. Espero que tenga más éxito en España. Yo, sin duda, lo leeré.
ResponderEliminarHola Bea:
EliminarGracias por tu comentario. Lo raro no es que un buen libro pase desapercibido sino que retorne del olvido. A mí me parece un pequeño milagro. Yo también lo descubrí por reseñas y ahora intento difundir la palabra... ya vez que predico con la fe del converso. No dejes de contarnos tus impresiones cuando lo leas.
Un abrazo,
Sonia
Hola Sonia:
ResponderEliminarLeí aquel artículo del periódico que hablaba de que el fenómeno editorial Stoner no acababa de cuajar en España. En realidad vender 20.000 libros de una novela literaria en España es toda una proeza. No creo que las editoriales literarias tengan libros de los que hayan vendido en unos pocos años más ejemplares que estos. El mercado español de literatura no es muy grande.
Sobre la mujer: leí hace poco en un enlace de facebook que se podría pensar que había sufrido abusos sexuales en la infancia por algún miembro de su familia.
He leído que la novela de Williams que se ha traducido ahora, Butcher's Crossing, aunque no tienen la intensidad de Stoner, ya es que es más de aventuras, está bastante bien. Es una pena que no pudiera editarla Baile del Sol. Después del éxito de Stoner, los derechos de esa otra obra se dispararon.
Muy buena entrada.
Saludos
Gracias por tu agradable comentario.
EliminarTienes más razón que un santo, amigo. Es una pena que haya esa línea entre novela literaria y lo otro ¿Qué es es lo otro? Morralla, fast food literario, básicamente. Y es aún más penoso que lo que venda sea la morralla. Stoner es un libro duro pero no difícil de leer, el lenguaje, el tono, no creo que supongan un reto para el lector promedio. No creo que los franceses o los holandeses sean genios en comparación con los españoles, me parece que el público lector español no está consumiendo una dieta literaria saludable y que es peligroso acostumbrarse a los sabores facilones y edulcorados, si es malo para el cuerpo, supongo que es peor para el alma. No soy una talibana de los libros, me he devorado a toda Donna León junto a la piscina pero tiene que existir un mínimo de arte, de belleza en lo que leemos, si no todo es tan triste...
He leído que Butcher's Crossing es un western pero supongo que con un escritor de esta calidad, no se puede reducir a esta etiqueta, tanto como Stoner no se puede reducir a novela de campus. Seguro que me lo leeré más adelante. Como dices, es una pena que Baile del Sol no se haya podido quedar también con ésta pero el mercado es el mercado, "Cartera mata carita", decía una amiga mexicana.
Un abrazo,
Sonia
Que reseña tan completa y atractiva. No lo he leído, pero después de leer tus impresiones, como para dejarlo pasar... un beso y gracias!
ResponderEliminarGracias por leerte la reseña y por tu comentario, me anima mucho que los visitantes dejen su huella por aquí. Es una recomendación de corazón y sin dudas. Por favor cuéntame que te parece cuando lo leas.
EliminarUn abrazo,
Sonia
Hola:
ResponderEliminarMe ha gustado tu reseña sobre Stoner, buena escritura y fino análisis. Y me ha gustado, y mucho, Stoner. Poco que añadir a tu reseña, quizá resaltar el magnífico tratamiento del "tiempo" que hace Williams, un "tiempo" siempre presente que va modelando a los personajes en las arrugas de la piel y en los surcos en el alma. Williams a veces lo dilata a su antojo detallando situaciones que podían parecer nimias (no lo son) y otras veces lo acelera llevándonos a nuevas situaciones donde los protagonistas nos muestran matices desconocidos. Soy de los que opinan que el "tiempo" ha de palparse en una novela. Williams lo consigue.
El lenguaje es prodigioso, me ha impresionado, capaz de elevarse a cotas de un lirismo muy bello cuando la ocasión lo requiere sin ser atosigante.
Saludos,
Lola
Hola Lola:
EliminarMuchas gracias por tu comentario y tus observaciones tan pertinentes en relación con la vivencia en la novela, Williams lo ajusta, lo modela al ritmo del personaje y su historia. El aliento vital parece alterar el pulso del tiempo, al ritmo del amor y el erotismo parece que vibra más rápido, en la tristeza y el tedio, se empoza.
Espero verte de nuevo por acá y compartir más lecturas.
Un abrazo,
Sonia
Uno de mis libros favoritos, que encabeza la lista que dejé el mes pasado en mi blog. Como te gustó, quizá puedas encontrar ahí nuevas ideas.
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