Muchas veces me he preguntado si todo esto de la blogosfera tiene alguna utilidad o si no es más que un mentidero virtual donde cultivar con mimo una imagen bonita de nosotros mismos, una parcela para el ego en la que nos redecoramos con pinceladas de buen gusto, rebeldía, independencia de criterio, belleza en general. Los odios también se miman, se alimentan porque nos reafirman: los del gusto literario depurado, contral el vulgo mainstream; los amantes de la ficción vampírica adolescente contra los viejunos que no entienden nada de oscuridad ni de romance.
Dudas despejadas: gracias a un post de La medicina de Tongoy me enteré de la existencia de El plantador de tabaco, que encabeza mi lista personal de libros del año. Así, que a pesar de las tonterías narcisistas que vertirmos a porrón en ellos, si los blogs de literatura consiguen poner en circulación el nombre de una obra cuya rareza hace tan preciosa, entones están haciendo un gran favor a la literatura y a los lectores. En este caso, ha sido más que una labor de difusión, no repetiré lo que el Sr. Tongoy cuenta con mucho más detalle y conocimiento de causa aquí pero se puede afirmar que prácticamente ha sido la "aclamación popular" tras su airada entrada la que ha conseguido que este joyón de libro se reedite. Gracias, lectores, gracias atrevidos editores de Sexto Piso.
John Barth publicó El plantador de tabaco en 1960, el tiempo es aquí un factor importante porque la novela está no sólo ambientada sino narrada como una aventura de finales del S. XVII y comienzos del XVIII, como una sátira (o un homenaje) de la novela de aventuras de la época. En algunas de las críticas que he consultado (después de terminarme felizmente el libro) se habla mucho de su naturaleza metaficcional pero a diferencia de otras obras agraciadas con este epíteto, en El plantador no se percibe esa deprimente sensación de que las ambiciones artísticas del autor han ahogado el placer de la narración. A pesar de lo larga que es la historia y sus múltiples ramificaciones, yo no llegué a sucumbir al aburrimiento, aunque por momentos me sublevara el salto de una historia no resuelta a otra; parece que la única manera, al menos para mí, de disfrutar esta lectura es navegar por ella, dejarse arrastrar por su torrente de personajes y escenarios trenzados entre sí.
El protagonista de esta historia es Ebenezer Cooke, un zoquete, un letraherido, un infatuado, "con más ambición que talento y, sin embargo, más talento que prudencia", que gracias a la una serie de farsas y malentendidos termina partiendo hacia América bajo la doble condición de poeta laureado de Maryland, cuya misión es narrar la epopeya de este nuevo mundo y encargado de administrar la heredad de su padre, un próspero cultivador y comerciate de tabaco. Todas sus aventuras están atravesadas por la red de intrigas políticas que teje su antiguo preceptor, Henry Burlingame III, un personaje que se metamorfosea constantemente y hace gala de una delirante pansexualidad. Debo confesar que cada nueva encarnación de este personaje me descolocaba, me daba rabia su omnipotencia en las tramas, además uno se encariña con el aspecto y los tics de los personajes, hasta que, de nuevo, hay que dejarse llevar y aceptar que cada extraño que aparece por la puerta puede ser otra faceta del misterioso Sr. Burlingame.
A pesar de la naturaleza satírica de su tono (o gracias a ella), las reflexiones sobre el amor y la sexualidad son frecuentes y a menudo de una profundidad desconcertante en medio del tropel de aventuras de abordajes piratas, guerras contra los indios, intrigas religiosas o persecusiones de maridos celosos. Aquí juega un papel fundamental Anna, hermana gemela de Ebenezer, quien es un espejo más reflexivo y bello de su carácter y representa todo de cuanto hay en el amor de entrega, aceptación de los deseos prohibidos y abnegación. Sin destrozar los agradables meandros de la trama para quien quiera adentrarse este país tan bello como salvaje, se puede contar que nuestro bardo promete conservar su virginidad y a costa de muchos esfuerzos lo consigue, hasta casi el final de la historia, no obstante, como suele suceder, todo lo que reprime, retorna multiplicado y la mente del pobre poeta se ve constantemente torturada por deseos contradictorios que lo llevan constantemente a escenarios que fluctúan de lo cómico a lo patético.
La traducción de Eduardo Lago es impecable y no imagino el titánico trabajo que ha debido ser transplantar los giros, cambios de tono y niveles de relato que conviven aquí. Recuerdo que algún que otro adjetivo me sonaba raro, no sé si producto de los años que Lago ha vivido fuera de España pero como no lo apunté en su momento y ahora me parece estéril desmenuzar el libro en busca de un mínimo punto dudoso en la traduccion. Suyo también es el prólogo, ameno, informativo y aunque se nota que hubiera podido hacer un alarde de erudición, prefere hacerlo de verdadero amor por la obra.
Por motivos prácticos (peso del volumen) y psicológicos (la necesidad de alternar lecturas más normalitas), tardé unos cuantos meses en recorrer este periplo de Inglaterra a Maryland pero lo disfruté muchísimo. Yo aconsejo bebérselo así, poco a poco y con deleite como una buena botella de bourbon.
Más información:
- La ficha en la web de Sexta Piso, no tiene mucha información, se echan de menos al menos links a reseñas o críticas pero sí que hay un pdf con el primer capítulo.
- Reseña de Rebeca García Nieto en Microrevista. Un agradable descubrimiento.
- Entrada en el blog de Lector Malherido a quien no le gustó mucho, por motivos que entiendo y hasta cierto punto comparto pero que a mí no me impidieron disfrutar muchísimo de esta lectura.
- Post en La tormenta en un vaso, recomendable.
- Ficha en la distribuidora UDL que contiene una breve sinopsis y una cantidad ingente de links de prensa que tratan del libro.
- Recomendación de Tipos Infames en el blog Sinololeonolocreo
Sonia, me estás dando una alegría, porque espero leerlo bien pronto.
ResponderEliminarPídelo para Reyes, compártelo, léelo a hurtadillas en la librería (tardarías unos cuantos meses) pero no te lo pierdas. Gracias por tu comentario.
Eliminarhttp://www.sextopiso.es/5370-el-plantador-de-tabaco/
ResponderEliminarAnónimo gracias a tu comentario me he dado cuenta que he puesto mal el nombre de la editorial, corrijo. ¡Gracias!
EliminarHola Sonia!! No conocía tu blog ;) me han entrado ganas de leerlo. Tomo nota, a ver si cuando acabe con las lecturas pendientes lo cojo con ganas. Un beso!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y tu comentario Mireia. Puedes ir probando el blog a trocitos, es muy agradable poder compartir impresiones con otros lectores.
EliminarUn saludo,
Sonia
Lo estoy leyendo ahora mismo (gracias también al elogioso post de Tongoy, que despertó mi curiosidad) y me está pareciendo maravilloso y divertidísimo. No sería justo que a nadie le echasen atrás las mil y pico páginas, porque la lectura es muy amena y se avanza rápido. Este libro resulta toda una experiencia placentera, muy similar a la que pueda aportar El Quijote.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Ese Tongoy es un pedazo de "influencer". Disfrútalo, es un libro perfecto para la mesilla.
EliminarUn abrazo,
Sonia