domingo, 5 de enero de 2014

EL RULETISTA


El Ruletista es un relato de Mircea Cărtărescu que hace parte de su libro Nostalgia. Lo trato aquí por separado porque lo he leído en la edición individual de Impedimenta. Cuando lo compré no había leído nada de este autor y era una forma económica de probar. Pues bien, el anzuelo ha funcionado, me encanta Cărtărescu, que es un autor poco propicio para las medias tintas, al parecer, se lo odia o se lo ama. 

Cărtărescu es el escritor rumano contemporáneo más reconocido en la actualidad y su nombre ha sonado en las quinielas del Nobel desde hace unos años, a ver si la Academia decide seguir en la línea Munro y darle el premio a alguien con talento, independientemente de las consideraciones sociopolíticas. Aunque visto por ese lado, también tiene buena munición, pues pasó toda su juventud bajo la dictadura de Ceaușescu, cuyo aparato de censura evitó que el relato que hoy me ocupa fuera publicado en su primer libro en prosa, El sueño.

 

Fotografía policial de un joven Ceaușescu. Fuente: Wikipedia

Uno de los grandes logros de este relato es la voz de su narrador, un viejo literato desencantado de la vida y del arte que aún así, se aferra a contar esta última historia, que define de inverosímil pero real, a través de la cual quiere arañar un trocito de inmortalidad. Refiere el innominado narrador que conoció al protagonista de su historia desde que ambos eran niños y que posiblemente fue lo más parecido a un amigo que este oscuro ser llegó a tener. Para poder contar la historia ha de remontarse al pasado de su juventud, durante el cual se vivió la edad de oro de la ruleta rusa y pudo suceder que un personaje como el Ruletista, un hombre sin atributos particulares más allá de una cierta brutalidad, un apetito encendido por el alcohol y una lujuria criminal, se convirtiera en el ídolo del momento. En realidad, este hombre sí tenía una peculiaridad: nunca en su vida tuvo suerte en ningún tipo de juego que implicara al azar: perdedor crónico a las cartas, los dados, el lanzamiento de herraduras, a elegir la pajita más larga. Como suele suceder, su sino de perdedor, no hacía más que encender sus deseos de ganar alguna vez. 

Como es previsible, dada su violenta naturaleza, el Ruletista va a parar a la cárcel y cuando es puesto en libertad, su alcoholismo lo pone en la cuesta abajo de una rápida decadencia, momento en el cual el narrador lo pierde de vista para reencontrarlo tiempo después sorprendentemente bien provisto de recursos y en compañía de gente de posibles en un restaurante elegante. Es la curiosidad por esta metamorfosis la que lo lleva a introducirse en el mundo de la ruleta rusa, una diversión del submundo que ha seducido a las elites del país y así descubre un sistema que por sencillo no es menos adictivo: una especie de promotor, conocido como "patrón", organiza la velada secreta, generalmente en sitios tan propicios como el sótano de una destilería abandonada a la que son convocados los "accionistas", público apostador sobre la suerte del infeliz ruletista que se dispara con un revolver cargado con una única bala, lo cual lo deja una nítida posibilidad entre seis de morir, la opción de perder . Los ruletistas son reclutados entre la hez de la sociedad y aún así no es fácil convencerlos, al fin y al cabo se está poniendo precio a lo único irrepetible que tiene el ser humano, por ese mismo motivo, son poquísimos los que están dispuestos a repetir la experiencia. Todas estas premisas son alteradas por el Ruletista, que no solo repite sus actuaciones sino que en una revolución del sistema, -que ya lo ha hecho rico- organiza una velada en  la que empuja aún más las posibilidades al dispararse con un arma cargada con dos balas en lugar de una pero no se detiene ahí y su conducta temeraria lo lleva cada vez más cerca del suicidio ritual que de la ruleta rusa, dotándolo de un aura fascinante y casi mística: "ha sido el único hombre al que le fue concedido vislumbrar al infinito Dios matemático y luchar cuerpo a cuerpo con él.".

Hasta aquí creo que he expuesto la tesis del relato, dejo a la curiosidad de los posibles lectores la explicación que Cărtărescu ofrece a la suerte sobrenatural de su Ruletista. Como creo que ya he dicho antes, una historia bien narrada sigue siendo igual de apetecible aunque alguien la haya acribillado a spoilers pero también creo que hay un espacio de intimidad entre un lector y la historia, una especie de virginidad (tal vez la única) que es bonito preservar en aras de verlo todo con ojos limpios y asombrados. 

Aunque el narrador advierte al inicio de la historia que no pretende hacer una hagiografía, al final más que la vida de un santo, lo que escribe es un martirologio, que narra con detalle las torturas a las que se somete al protagonista, sólo que en este caso vedugo y mártir son un único personaje, que arrastra a su incansable ángel de la guarda hasta las pocilgas más tristes de la iniquidad. "La literatura es teratología", suelta el narrador, sólo lo monstruoso, lo que se sale de la norma es material literario, no queda claro si esta afirmación es una declaración de intenciones o una confesión de un descubrimiento desesperanzador, suena más a lo segundo.

Una maniobra muy bien lograda en el relato es la que nos permite advertir cómo la ruleta pasa de ser un diversión, un vicio común a una ritual social. Aquí detecto un eco borgiano del camino análogo que recorió la lotería en Babilonia, en la que el juego se sublima y se condensa, de un simple divertimento a instrumento del destino. Igualmente borgiana es la mención a Agartha, el reino sibterrráneo, que introduce la idea de cómo el tiempo va mezclando la materia de lo real con la de los sueños y así, lo que hoy conocemos como mítico puede tener una mayor entidad que lo histórico.

El relato se cierra con una bella reflexión sobre la literatura como única esperanza de inmortalidad para los que no tienen fe. Esperanza de que los personajes renazcan cada vez que un lector los saca del letargo del libro cerrado. 

En pocas páginas una obra redonda, de una belleza poco común, que crea un universo cerrado y perfecto, un país sin nombre en el que no querríamos quedarnos a vivir pero al que nos alucina asomarnos.

La edición, como suele ser la norma en Impedimenta es cuidada, tanto que su mayor mérito es que después de un rato te olvidas de ella y te limitas a disfrutar de la lectura. La imagen de la portada, un deguerrotipo coloreado me parece particularmente bien elegida. La traducción e introducción son de Marian Ochoa de Eribe, una experta el literatura rumana. La introducción es interesante y bien documentada pero yo recomiendo leerla después del relato, siempre prefiero que la teoría venga después de la diversión. La traducción es limpia y agradable, sólo encontré dos pequeños lunares: en la página 18 hay una frase que debería estar en tercera persona pero aparece en segunda; y en la página 32 se habla de un "partido" de boxeo, un combate, por favor.  Mi ejemplar es de la primera edición, es probable que luego estas cosillas se hayan corregido.

Una anécdota final: tengo la suerte de tener mi libro firmado por el autor. Creo que hace un par de años cuando vino a la Feria del Libro, aún no era muy conocido en España y estaba más bien solito y aburrido en la caseta de Impedimenta, que se lució trayendo a una de sus estrellas. Parecía un tipo muy agradable, de palidez vampírica y pelo como ala de cuervo, llevaba un jersey de cuello vuelto negro, muy  de futuro Nobel y parecía muy dispuesto a conversar con los lectores que se acercaban poco a poco y era de este tipo de personas a las que la cara les cambia cuando sonríen. 



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10 comentarios:

  1. Hola! Ya sabes que a mi me encantó este libro y el autor. Es un libro magnífico y fascinante, de los que relees varias veces (así le sacas provecho a la edición que siendo tan cortito...). Uno de los autores que he descubierto este año y que pienso seguir leyendo y paladeando.

    Qué envidia lo de la firma de Mirca, bueno, no tanto la firma (que también) sino el hecho de tenerlo ahí delante, cuando como tú comentas era bastante desconocido. Esperemos que Impedimenta se anime a volver a traerlo, aunque si estuvo tan solito el hombre lo mismo no quiere repetir ;)

    Gracias y un saludo!

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    1. Muchas gracias por tu visita y tu comentario. Me parece que una de las grandes posibilidades de este vasto territorio virtual que es la blogosfera, es poder conocer y compartir autores nuevos y tan interesantes como Cărtărescu. Tu reseña me gustó mucho, invitaba a lectura.
      Yo espero que lo vuelvan a traer, a pesar de que no había grandes colas, no creo que se haya ido con una mala impresión, era un día muy agradable de primavera, los de la editorial estaban muy pendientes de él y los lectores éramos pocos pero constantantes.
      Un saludo,
      Sonia

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  2. Os recomiendo ver el siguiente vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=mwvJ8IopHvU

    Corresponde a su visita en Madrid este 2013, en la Librería Rafael Alberti. Habló de su proceso creativo, de su estilo, de cómo ve la literatura y resulta muy interesante, además de dar más motivos para calificarle como un autor carne de Nobel (su juventud, su percepción de la escritura..) En este caso, sí que había bastante gente en la librería, aunque mucha gente no tenía sus libros y muchos entraron por la curiosidad de saber quién era ese señor con pinta de frágil que hablaba en rumano.

    Tuve suerte y me firmó los tres libros que tenía entonces (ahora tengo en casa "Las bellas extranjeras"). Además otra cosa que quedó clara es que la editorial, y en concreto Enrique Redel están entusiasmados con su obra y que, poco a poco van a ir publicando sus obras, incluida la trilogía "Orbitor".

    Es una delicia leerle. Y a mí me pasó como a ti, Sonia: me atrapó la portada de "El ruletista" y lo leí cuando nadie sabía quién era este señor. Ahora está recibiendo parte de la atención que se merece, figurando siempre entre las listas como los autores más recomendados.

    ¡Que viva el #TeamCărtărescu !

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    1. Gracias por tu comentario y por el link al video. Yo nunca he sido muy de firmas pero realmente me entusiasmó este hombre. así que a la próxima visita espero que nos personemos allí como Team. Por lo que he leído, traducir Orbitor es una misión casi imposible, qué curiosidad.

      ¡Que viva el #TeamCărtărescu!

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  3. Me encanta este autor y El Ruletista ha sido mi primera toma de contacto con él
    Seguí con Lulú, Nostalgia, que lo incluye y el último Las bellas extranjeras
    Como ves, me cautivó
    Besos

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    1. Para mí ha sido un gran descubimiento, espero hincarle el diente pronto a "Las bellas extranjeras". Gracias por tu comentario, estoy co-cautivada.
      Un abrazo,
      Sonia

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  4. Es raro que una historia tan de crisis, tan oscura y deprimente pueda dejar un buen sabor de boca. Pero lo deja. Será que eso es el arte.

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    1. No me lo había planteado pero sí, es una historia de crisis, de gente desesperada, sin perspectivas, mísera. Esos serían los ruletistas normales, por el contrario, el Ruletista parece presa de algo más complejo y oscuro. Definir eso, tienes razón, es arte.
      Anónimo, gracias por tu comentario. Pásate por aquí cuando quieras.

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  5. Los libros de Impedimenta son los de más atrayente edición de los publicados en España. Si además la reseña es buena las ganas de leerlos es insuperable.

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    1. Querido Arrecogiendo:
      A mí me parece una editorial con un catálogo exquisito y un buen gusto, un cariño inmenso por sus libros. Gracias por tu visita y tu agradable comentario.
      Un abrazo,
      Sonia

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