domingo, 7 de septiembre de 2014

DESCANSA EN PAZ (John Ajvide Lindqvist)



¿Por qué no leer un ocasional best seller? Los libros no tienen siempre que rozar las altas cumbres del arte, también hay una literatura de entretenimiento puro para cuando apetecen unas gominolas en lugar de cocina de autor.

Este autor me sonaba porque esa maravillosa película de terror y ternura, Déjame entrar se basa en otra de sus novelas. Entre eso y su foto en la solapa, con esa cara de monje loco o de visionario, me acabé de convencer. Como después de engullirme la trilogía de Millenium no le he echado muchas cuentas a poderoso fenómeno de la literatura sueca... mejor dejo de justificarme.


La principal obligación de un best seller es entretener. ¿Lo consigue? Esa es la clave de si vale la pena dedicarle una tarde perezosa de finales de verano o si es mejor dedicar esas horas a ver repeticiones de buenas comedias y pintarte las uñas de pies y manos (una de las pocas actividades humanas incompatibles con la lectura).

En principio, la historia tiene punch: Una inusual oleada de calor en Estocolmo coincide con un fenómeno que impide desconectar los aparatos eléctricos. La atmósfera cargada, como de anticipación de una gran tormenta está conseguida. Y los muertos se levantan. No todos, sólo los fallecidos en Estocolmo (no incluidos alrededores) durante los dos meses previos el fenómeno. Es decir, estamos ante una historia de zombies, lo interesante es que aunque en apariencia son zombies al uso -cadáveres animados por una especie de energía post mortem- en principio son inofensivos. Aterradores pero inofensivos, pobres despojos perdidos con la única voluntad de volver a casa. Todo este planteamiento está hecho de manera simple y efectiva que se puede resumir en este diálogo: "Escucha esto: los muertos se han despertado".

A partir de aquí la historia se desarrolla en tres líneas argumentales que se corresponden con tres familias a las cuales les regresan los muertos. Tres vivencias completamente diferentes del duelo:
- Un hombre enamorado pierde a su mujer y madre de su hijo.
- Una anciana, liberada del peso de un marido inválido bajo su cuidado. Esta anciana y su nieta tienen poderes telepáticos (son una especie de brujas). La descripción de estos poderes es francamente aburrida y pobre.
- Un periodista retirado cuyo nieto ha muerto en un accidente doméstico. El pequeño zombie detona su ya difícil relación con su hija. Aquí es más triste el silencio y la lejanía de su relación que cualquier evento sobrenatural.

Con los personajes, cuyas aventuras deberíamos seguir con interés, empiezan los problemas. son tan planos que es difícil hasta recordar sus nombres, afortunadamente el periodista se llama Gustav Mahler, así es fácil no confundirlo con el cómico triste, el suegro o la abuela bruja. A la nieta adolscente bruja se la puede intrecambiar por cualquier personaje femenino medio punk adicto a los vídeo juegos y a autolesionarse.

En los detalles está la maestría y aquí hay fallos molestos: un hombre desentierrra un ataúd de la tierra seca con sus propias manos (ni una pala le acerca el despiadado autor) a la velocidad del rayo. Este hombre es gordo y sufre del corazón, no es un ironman; hay más pero no vale la pena hacer un inventario. Aunque estemos tratando con la fantasía y el género del terror o tal vez precisamente por ello, la verosimilud es fundamental.

El ritmo sube y baja pero entre acelerones y frenazos, la historia avanza. Es normal que tratándose de este tema se intercalen reflexiones sobre los límites entre la vida y la muerte, como esta que reproduce el tono de un editorial periodístico: "Una de las definiciones del ser humano es que es un animal consciente de que va a morir. Quizá el único. Los acontecimientos de la pasada noche nos obligan a reformular las premisas de nuestra existencia".

Lo malo es que a pocas páginas del final la narración se queda sin gasolina. Las posibles teorías que explicarían el fenómeno: religiosas, científicas o filosóficas, se quedan sin desarrollar y al lector no se le ofrece conclusión alguna sobre los enigmas que la narración ha planteado. No es un final abierto, es un final precipitado y malo.

Los ocasionales destellos de sentido del humor son incompresibles (nos enteramos porque el narrador dice que es una broma o alguien se ríe), o bien es un problema de diferencias culturales o de una traducción no muy fina. A propósito, hay algunos giros imposibles en la traducción, "en el jardín no se movía una brisa" y en la misma página un abominable "subir arriba", que un error sea común no es motivo para perpetuarlo. No es que el trabajo de la traductora Gemma Pecharromán sea malo, parece más un problema de revisión del texto, supongo que esta primera edición habrá sido algo apresurada en su momento.

No queda mucho más que decir, salvo que lo rescatable de este libro es la idea del zombie como una especie de cascarón vacío de energía residual que reacciona como un espejo de las emociones de los vivos.

Como siempre se puede hacer algún descubrimiento interesante en cualquier lugar, me quedo con este fragmento de un poema que aparece citado:

Como si fuese la víspera de un largo viaje, por la noche:
ya tienes el billete en el bolsillo y hechas al fin las maletas. 
Y puedes sentarte y percibir la cercanía de lo lejano...

("Euforia" de Gunnar Ekelöf).

7 comentarios:

  1. Tampoco hacía falta justificarse... sobre todo porque yo también lo he leído :) Una idea interesante, planteamientos curiosos, pero no desarrolla, no cuaja. Hasta tuve la sensación de que se le olvidó terminar el libro :S

    Abrazo!

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    1. Gracias por tu solidaridad. No suelo escribir sobre libros con una clara vocación comercial, no porque no los lea eventualmente sino porque creo que ya mucha gente se ocupa de ellos. De todas formas, me pareció un ejercicio interesante reflexionar sobre lo que no funcionaba en este en particular. Estoy contigo, se vino abajo y no lo terminó.
      Abrazos,
      Sonia

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  2. Lo peor es que me he leído tres libros de este señor a sabiendas de que quitando sus curiosos vampiros, poco tenía ya que aportar. Pero el terror me gusta y me entretenido, aunque este reconozco que me pareció a ratos un poco farrangoso
    Besos

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    1. "Tropecé de nuevo y con la misma piedra...". Lo tuyo tiene delito.
      Un abrazo,
      Sonia

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    2. Mujer, que soy cariñosa y de vez en cuando las visito a ver si siguen en el mismo sitio... :-P
      Besos

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  3. Gracias, Sonia!
    Además de dar miedo con la portada, parece que ha sido el único éxito de la novela.
    Por cierto, ví la película "Déjame entrar" en un pre-estreno del Tr3s C, en versión original subtitulada i fue realmente inquietante.
    @Franjotass

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    1. Gracias a ti por tu visita. Pues fue una novela muy vendida pero yo no le encuentro sustancia, el planteamiento era interesante pero el desarrollo pobre. A mí la peli me encantó, los actores, la luz, la imagen, escalofriante.
      Un abrazo,
      Sonia

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